Encuentro en el local

Soy una mujer felizmente casada y con dos hijos. El caso es que nunca había tenido motivos para desconfiar de mi marido ni tampoco era celosa pero algo me hizo ponerme sobre aviso.

Mi marido juega al fútbol los domingos en un equipo de la ciudad y después, se van a tomarse algo por el centro. Hasta ahí bien, pues no me importaba. Un día que tenía su móvil al lado en la cocina, le llegó un mensaje y sin querer lo vi... No era mi intención pero estaba en mi campo de visión... 
El caso es que me pareció que hablaba con los amigos sobre alguien al que iban a ver esa noche y me pareció entender que alguien se iba a poner las botas y que iba a triunfar...

 Por curiosidad, leí el resto de la conversación y vi que hablaban de una tal Susana, que esa noche iba a ir al centro al mismo local que van ellos.  Ya había oído el nombre de esa chica antes lo cual, no me gusto nada. Seguí buscando en el móvil y encontré sus whatsapps.

Una chica morena y muy mona. No sabía que pensar... Cuando se marchó, algo me decía que tenía que actuar y averiguar qué estaba pasando así que, puse a dormir a los niños y esperé a que fueran las 12 y algo y fui al centro ya que vivo muy cerca de "La Alameda" y el local que van ellos no está a más de 5 minutos andando.

Estaba medio cerrado, lo cual me extrañó. Me acerqué despacio. Estaba con el corazón a mil, no quería que me vieran. Me asomé cuando pude y vi a mi marido que parecía estar solo pero al momento ella se cruzó delante. 
¡¡El muy cerdo!! ¡¡¡Había quedado con ella!!! Y estaba en ropa interior!!! 

El local estaba cerrado y parecía ser de algún amigo porque el dueño no estaba. El no paraba de mirarla, ¡¡¡se le caía la baba!!! 

Ella se acercó y empezó a tocarle el paquete y a restregarse con el. Tenía los ojos como platos, no me lo podía creer, y el estaba excitadísimo, y la miraba con cara de vicioso. ¡¡Era una chica de 19 años!! Se agachó, le bajó el pantalón y se la metió enterita en la boca, dale que te pego, una y otra vez, y el se retorcía y le agarraba la cabeza y cerraba los ojos... 

¡¡¡DIOS!!! Lo que estaba viendo. No podía creerlo. ¡Como disfrutaba el muy cabrón! Después de un rato, se levantó y se quitó el sujetador negro y le restregó sus tetas por la cara, que eran grandes y redondas, como a él le gustan. Después se dio la vuelta y empezó a cogérselas con muchas ganas. Ella también disfrutaba... Y yo allí perpleja pero ni siquiera estaba enfadada. Era como si quisiera ver más... Ver hasta dónde llegaban. El caso es que estaban tan desenfrenados sobeteándose que acabaron, ella echada en una mesa con el culito en pompa y el detrás. 

¡¡Madre!! Se la iba a follar delante mía. No sé decir lo que me entro pero desee que pasara, que se la follara. Estaba chorreando mucho mi coñito. Me empecé a tocarme mientes el le bajaba las bragas y se la metía como hacia conmigo. ¡Joder! ¡Qué gustazo! ¡Qué excitación! Quería que me follara a mí también... Y se la metía una y otra vez y gemían y se retorcían y yo no podía dejar de mirar y de tocarme. Más, quería más y ellos también. El la taladraba cada vez más fuerte y la muy zorra le animaba, mientras yo me daba también lo mío....Ya no podía más y él tampoco hasta que llegó el momento del frenesí y casi la parte en dos de los empujones que le daba hasta que acabó con un sonoro grito, al igual que yo que había llegado al final con un orgasmo de espanto... 

¡DIOS! ¡¿Qué había pasado?! ¡¡Se la había follado delante de mi y me había gustado!!! ¡Estaba loca! A él le había encantado y a ella también. Se daban mimos... Eso ya no me gustó tanto... Me fui a casa...

No quise pensar en lo que había pasado... Al día siguiente salimos a cenar y recordándolo todo le eché un polvazo de espanto y después le conté que le había visto...







Comentarios