¡Madre mía, cornuda y sumisa! Un dilema...

Estaba pensando en cómo mi marido me utiliza para el sexo . Cuando nos casamos, él me mantenía desnuda la mayor parte del tiempo y me follaba una media docena de veces al día. Yo estaba limpiando el salón, barriendo el salón o lavando los platos en la cocina y de la nada, me interrumpe con su necesidad de romper mi coño con su raboo o simplemente de recibir un oral mío. Siempre amé ser una esposa guardada en un collar, lista para el sexo.


Con el nacimiento de nuestro primer hijo, las cosas cambiaron. Mi cuerpo cambió y pasé a usar más vestidos dentro de casa, aunque todavía voy sin ropa interior o con algún plug anal. Mi marido ya no me usa como antes. Pero una oportunidad a solas con él en casa significa una pausa para su uso. Siento la espontaneidad y la apertura de antes, pero ahora no es el tipo "poder ser atrapada en ello". Siendo una cornuda sumisa y ser madre es un acto de equilibrioMi marido es realmente bueno en mantenerme en la línea, de construir la tensión sexual a lo largo del día. ¡Es genial en decirme qué hacer y cuándo hacerlo! Yo lo sirvo cuando y como él quiere. Eso si quiere, pues casi siempre está saciado por los cuerpos de sus amantes. ¡Demasiado cansado para usarme! Sé que tiene muchas amigas, y ellas sí son dignas de sus esfuerzos sexuales.



Pero, varias cuestiones me afligen. Mientras mi nuevo hijo amamanta mi pecho, ¿puede sentir mi cuerpo en estado de excitación sexual de las bragas de látex con el vibrador de seis pulgadas que mi marido me hizo ponerme? Y mi hijo mayor, ¿sabrá que mientras él dormía su padre me lo hizo al estilo perrito en el suelo del salón? Son cosas que prefiero no pensar. Amo a mis hijos y no quiero que cambien la idea que tienen de la madre.



Como los niños crecen y se vuelven más conscientes, el sexo va a ser una situación más problemática para nosotros. A medida que envejecen será más fácil dejarlos con mis padres para un fin de semana ocasional y huir. Estoy ansiosa porque lleguen a la edad escolar y luego durante horas  puedo ser la esclava sexual desnuda de nuevo. ¡Pero confieso cierto miedo! Miedo de mi marido con sus amigas. Él es muy discreto cuando se trata de nuestros hijos, pero sus amigas... amantes, no tanto. A ellas les gusta humillar, golpear, escupir. Ellas hablan alto, conversan sobre sexo abiertamente aquí en casa y creo que algunas cosas tendrán que ser revisadas a causa de los hijos. ¡Ese es mi dilema!
Este blog es para, tanto el marido, la cuckquean, y la amante. Somos David y Ana, vivimos en Madrid, España, tenemos 36 años y estamos casados desde hace 15 años. Mi esposa es cuckquean desde hace 10. Comenten lo que les pareció o envíennos cualquier e-mail con sus dudas (les responderemos). Y compartan con otras parejas que quieran ser/sean cuckquean.


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