Son las 2 de la tarde, mi marido dijo que iba a almorzar con dos amigas en casa. Ellas ya llegaron y hasta ahora nada de él. Lo llamé, y dijo: "La reunión se retrasó, Cornuda, llegará en 30 minutos" . Las chicas ya comieron, tomaron una cerveza y ahora están viendo la TV y con el móvil. Yo, como buena esposa, cornuda y sumisa, estoy en la cocina lavando los platos.
Escucho que se quejan: "Oh, que el retraso no va a esperar todo el día" . La otra estaba de acuerdo: "Esto es una mierda" . Mi corazón se dispara, si mi marido llega y ellas se han ido, él nunca me perdonará. Como cornuda es mi misión entretener a nuestras invitadas. Sin embargo, si llega y ellas le regañan, él nunca me perdonará, porque significa que no me dediqué al máximo para hacer la visita agradable. Rápidamente dejo lo que estoy haciendo, voy a la habitación y pregunto : "Señoras, ¿hay algo que pueda hacer para animarlas?" . La respuesta es evidente. Como cornuda es mi deber, mi misión.
Este blog es para, tanto el marido, la cuckquean, y la amante. Somos David y Ana, vivimos en Madrid, España, tenemos 36 años y estamos casados desde hace 15 años. Mi esposa es cuckquean desde hace 10. Comenten lo que les pareció o envíennos cualquier e-mail con sus dudas (les responderemos). Y compartan con otras parejas que quieran ser/sean cuckquean.
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